
El Styracocephalus era un dinocéfalo que destacaba por su cráneo. Tenía una protuberancia ósea en la cabeza que se elevaba hasta formar una especie de cuerno. Tenía dos protuberancias más a los lados de la cabeza que le permitían defenderse y abrir la cabeza bastante gracias a que servían como punto de inserción para los músculos de las mandíbulas.